Un numeroso grupo de manifestantes ha rodeado y bloqueado el edificio situado en las inmediaciones de la plaza de la Independencia ante el rumor de que un grupo de policías antidisturbios se había refugiado para cargar contra los opositores que protestan en los alrededores del estado del Dínamo de Kiev. Los policías se encontraban, efectivamente, dentro de la Casa, y con la mediación de Vitali Klitschko finalmente ha terminado el lanzamiento de bengalas y han podido salir sin incidentes.

“Nos quieren comprar”, decía un manifestante sobre la oferta de Yanukóvich a la oposición. “Pero no los ucranianos no estamos en venta, tomamos decisiones, queremos que él y su Gobierno dimitan”. Otro aseguraba: “Estamos en un punto en el que la policía puede usar la violencia para tomar el lugar. Lo único que entienden es el uso de la fuerza”.

La escaramuza en la Casa de Ucrania, antiguo museo Lenin, demuestra que las protestas del Euromaidán son completamente distintas a la Revolución Naranja de 2004. La tensión en Ucrania alcanza niveles máximos.

“La proposición de Yanukóvich es interesante para los líderes de la oposición, pero llaman a los manifestantes a quedarse en las calles de Kiev, en las barricadas, hasta el martes. En ese día el Parlamento celebrará una sesión especial para discutir la controvertida ley que restringe las protestas”, dice una de nuestras corresponsales en Kiev.