Ayer les decía que una de las preguntas que me hace la gente, con la que me cruzo en la calle y en lugar de maldecirme me da una palmada en el hombro, es cuánto vamos a tardar en echar a Sánchez de La Moncloa.
Otra, que también suelo plantear a los invitados al plató de Periodista Digital, es de qué es capaz el marido de Begoña para seguir atornillado al sillón.
A lo primero, visto como se está poniendo el panorama judicial y las pruebas de corrupción que afloran cada día, la respuesta es que este régimen abyecto se desmorona antes del próximo verano.