Hay un viejo proverbio español, según el cual ‘el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra’.
A la vista de cómo ha sido la vida española de los últimos 20 años, quizá habría que añadir que el PP es el único partido político capaz de caer una docena de veces en el mismo error.
Les dijo esto porque acabo de escuchar que Feijóo se abre a pactos de Estado con Sánchez y en tertulias de radio, como la que Carlos Herrera tiene en la COPE, aplaudían esta mañana esa decisión, apelando a la seguridad nacional, a la concordia y al bien general de los españoles.
No sean memos señores del centroderecha. Hay gente, como el socialista Pedro Sánchez, colega de golpistas catalanes y proetarras vascos, con la que no se puede ir ni a recoger billetes de 50 euros.
Lo verdaderamente bueno para los españoles, lo justo y necesario, es echar cuanto antes a este tipo de La Moncloa y hasta que se consiga, no hay que darle ni agua.
Ni a él, ni a ese partido inicuo llamado PSOE, heredero orgulloso de los asesinos de Calvo Sotelo y albergue de los que se gastaban en putas y cocaína el dinero europeo destinado a los parados andaluces.
El panorama se ha puesto color de hormiga y no sólo por culpa de Putin, como pretende colarnos el Gobierno socialcomunista, pero eso debe ser un acicate para intentar acabar con esta peste; no para echarles un flotador, ayudándoles a gobernar ahora que andan a la greña con Podemos, ERC, Bildu y esos facinerosos.
Yendo a la invasión de Ucrania, que es el asunto realmente grave y crucial al que se enfrenta ahora el mundo, creo que vamos a tener noticias relevantes en breve.
Me equivoqué de plano en el inicio, porque nunca pensé que el Kremlin atacaría. Tampoco cómo lo ha hecho. Dicho esto, me atrevo a pronosticar que las tropas rusas están muy cerca de romper el frente ucraniano en el este del país.
Si eso ocurre, cae Mariupol y las unidades de se hacen por fin con las regiones rusófilas que ya han reconocido oficialmente como ‘repúblicas’ y controlan toda la costa del Mar Negro desde Crimea a Jarkov, a Zelenski no le va a quedar otra que negociar y confiar en que, a la larga, Occidente le siga prestando apoyo incondicional.
Yo, si fuera él, no me fiaría.