Macarena Olona dio en la tarde noche del pasado jueves 15 de septiembre de 2022 una lección de dignidad, de libertad, de heroísmo y de defensa de la democracia.

La verdad es que es muy triste que tenga que convertirse en noticia algo que debiera ser absolutamente normal, y es que cualquiera pueda dar una conferencia o participar en un acto público en paz y en libertad, en la Universidad de Granada o en la que sea, si es invitado por sus autoridades académicas y si esa conferencia no contraviene el ordenamiento jurídico vigente.

España, sin embargo, dista mucho de ser un país normal, desde que está siendo machacado bajo la bota del gobierno socialcomunista. Sindicatos estudiantiles, que sin duda aprecian más el totalitarismo de la antigua URSS, de la RDA o la vida de cubanos y venezolanos, llevaban días amenazando a Olona, sobre todo en redes, para que 'depusiera su actitud'. Como era de esperar en una mujer de su talla intelectual, política y humana, de sus arrestos, no se acobardó y allí estaba a la hora señalada.

La policía, para evitar tal vez incidentes mayores habida cuenta del ambiente, trató de disuadir a la ex política de Vox de pronunciar su conferencia y lo dejara para otro día. Olona, como es natural, se negó. Le asistía la razón y el amparo de la Constitución pero, como ya habíamos previsto, corifeos mediáticos, tertulianos palanganeros de estos esbirros totalitarios y del gobierno que les azuza bajo cuerda comenzaron enseguida a acusarla de 'provocadora'.

El pasado jueves, quedó demostrado a las puertas de la Universidad de Granada quiénes somos los amigos de la libertad y quiénes los que persiguen cerrarnos la boca, y tal vez apartarnos de la circulación, porque no comulgamos con su ideología, la más criminal de la historia, con 100 millones de muertos.