Es un lugar común, una frase hecha, ese mantra de que los demócratas hemos derrotado a ETA.


Y en fechas como estas, cuando se cumplen 10 años del día en que los facinerosos anunciaron que dejaban de pegar balazos en la nuca, secuestrar y mutilar con bombas, lo están repitiendo en todas las tertulias como si fuera una letanía.


Lo dicen periodistas, analistas y políticos de todos los colores y yo no estoy de acuerdo.


Basta echar un vistazo alrededor para darse cuenta de que eso de que la Democracia, con mayúsculas, venció al terrorismo, es un cuento chino, otra grosera tergiversación de la realidad.


¿Están hoy más felices las víctimas o sus verdugos?


 ¿Se siente más reconocida social, mediática y políticamente la familia de Miguel Ángel Blanco o la del psicópata Henri Parot?


¿Aplauden más a Ortega Lara o a los maniacos que lo tuvieron 532 días enterrado en un zulo?


En el País Vasco, que es en nombre de lo que mataban los carniceros… ¿ha premiado electoralmente la ciudadanía a los partidos del popular Gregorio Ordóñez y al del socialista Fernando Múgica o al de sus asesinos?


En todos los casos que he citado, la respuesta es que han salido favorecidos siempre los criminales y que una sociedad moralmente enferma y unos políticos de la calaña de Patxi López, María Chivite, Pedro Sánchez y compinches, los blanquean o los santifican.


Hoy los homenajes se los llevan los terroristas, los beneficios van a los presos de ETA y los votos premian a sus cómplices, mientras un miserable como Otegi marca el ritmo a Sánchez y se perfila como próximo lehendakari con el respaldo del PSOE.


Algo se ha hecho rematadamente mal para que los malvados emerjan victoriosos y puedan, cuando todavía no se ha secado la sangre de sus crímenes, estar en las instituciones, cobrar subvenciones, beneficiarse de nuestros impuestos y hasta ser socios de socialistas y podemitas en el Gobierno de España.


La democracia en España no ha derrotado al terrorismo de ETA, ha sido al revés.


Tras 40 años de terror, 1.000 víctimas mortales, miles de heridos y mutilados, decenas de miles exiliados…


España y los españoles merecíamos algo mejor.