Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos.
Y la nuestra, ajena a su Historia y a su alma, se ha transformado en un rebaño de corderos.
Un rebaño sumiso, dócil, lerdo y manejable.
Y aceptamos silentes que, bajo la equivoca etiqueta de ‘progresista’, nos cuelen terroristas de ETA, golpistas catalanes, jueces sectarios, funcionarios venales, periodistas serviles y políticos corruptos.
Y que se salten la Constitución y el Código Penal, con la excusa de que hay que ‘desjudicializar’ la Política, impongan la memez de la ‘asimetría’ entre regiones, para justificar que hay ciudadanos de primera y de segunda y que pongan España en almoneda.
No se si han reparado en que la Santa Iglesia Católica, antaño tan relevante, ha desaparecido del escenario público.
Cierto que arrastra pecados mortales como el apoyo de buena parte de su clero y obispos al crimen en el Pais Vasco y al separatismo racista e insolidario en Cataluña, pero algo podrían haber pontificado estos prelados a propósito de esa ley que te permite entrar como Pepe en el registro y salir a los diez minutos como Mari Loli.
De eso y de muchas otras aberraciones, pero imagino que sus eminencias ocultan multas en el cajón y temen que Sánchez y compinches se las saquen, que al final lo harán.
Más complicado lo tienen los militares, por la propia naturaleza de su profesión, pero hay muchos y relevantes en la reserva o ya jubilados y se agradecería una declaración firme sobre la unidad de la Patria o la integridad de la Democracia.
Sobre los jueces, en los que tanto confían los bienaventurados, mi impresión es que son draconianos con el débil y ahí tenemos a la mujer de Bárcenas penando 11 años de cárcel, y laxos y comprensivos con los políticos poderosos, sobre todo si son de izquierdas. Con honrosas excepciones, no se mojan ni en la ducha.
De los presuntos intelectuales y la Universidad qué voy a decirles, si sus más reputados representantes son Monedero y Pablo Iglesias, que no han dado palo al agua, proponían a las alumnas macizas ir con ellos al baño a ‘refrescarse’ y se ponían calientes como mandriles imaginando que azotaban a Marilú hasta sangrar.
Del Periodismo, que es lo mío, no voy a repetirles como tienen La Moncloa y el PSOE organizado el ‘pesebre’ o como operan las ‘peonadas’ en forma de tertulia o subvención que recibe la ‘Brunete Pedrete’, pero les recomiendo echar un vistazo a la nota titulada ‘Así se zampan Ignacio Escolar y Cristina Almeida su oposición a la amnistía’, que publicamos en Periodista Digital.
Podrán escuchar a Escolar, ‘darling’ del régimen sanchista y director de un online al que las autoridades competentes atiborran de publicidad institucional, afirmar hace unos meses que el Gobierno Frankenstein no puede aceptar un referéndum o conceder una amnistía, porque “está prohibido legalmente”, y proclamar hace nada, también en televisión y en ‘prime time’, que esas dos claudicaciones ante los separatistas caben en el ordenamiento constitucional y son políticamente dese