Es necedad, es orgullo, es deseo imperial o incluso puede ser algo más. Estrategia o engaño, lo que se lee en el terreno, es que Turquía tiene invadido militarmente un pedazo de Irak.
Los iraquíes han pedido a los turcos que se vayan, y los turcos dicen "no me voy". Un pleito de vecindad barato que detrás pude tener proporciones gigantes: Turquía quiere jugar el famoso juego de mesa "Monopolio", pero en el planeta Tierra.
Si no le derriba un avión a Rusia, entonces es enviar tropas al vecino país sin la autorización del Gobierno de enfrente. Una acción que es indefendible tanto legalmente como moralmente o políticamente.
Turquía simplemente viola la ley internacional, entrando a otro país, y además con soldados. Irak lanzó un ultimátum para que se salieran pero, los turcos se mofaron de su pedido.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, contestó simplemente que no se van a salir. Alega que sus tropas están en Irak, entrenando gente para luchar contra el terrorismo.
En Irak hay repudio: desde el pueblo, hasta las autoridades y los religiosos, todos han lanzado un llamado a Turquía para que respete la soberanía iraquí y se salgan sus militares.
El primer ministro de Irak, Haidar al-Abadi, hace unos días además del ultimátum para que abandonaran su territorio, denunció a Turquía ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU). En Nueva York, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dicen estar pensando qué hacer. Mientras piensan, la tensión sigue creciendo.
Turquía ya ordenó a todos sus ciudadanos a abandonar el país, claro, los ciudadanos, los soldados turcos no. Lo interesante es que Turquía está en la parte kurda de Irak, quiera alianzas.
Analistas indican que Turquía tiene miedo de que Rusia le cierre el gas, le cancele el suministro y entonces quizá, los turcos necesiten del Kurdistán iraquí para pasar su vena energética o inclusive de Bagdad para pasar gas desde Catar y así abastecer de energía a la nación de Erdogan.
Turquía se está convirtiendo en un problema complejo y en una contradicción viviente, cínica incluso, atacar a Rusia pero invadir Irak, pelota de beisbol que lleva efecto en medio de un Oriente Medio desestabilizado por el terrorismo.
Esta noche desde Teherán, capital iraní, Detrás de la Razón, a las nueve treinta; Londres, cinco de la tarde, Colombia y México, doce del día. Madrid, siete de la noche.