Del cielo caen las bombas. Es contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo). Ellos son kurdos que quieren su independencia a costa de lo que sea.

Los bombardeos son del Gobierno de Turquía que nunca ha podido llegar a la paz ni a buen derrotero, las cosas étnicas del sureste de ese país.

Turquía, dentro de las 18 economías más poderosas del mundo, potencia regional por la conexión geoestratégica que tiene entre Rusia, Europa, Asia y Oriente Medio. Es miembro de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN) y quiere ser parte de la Unión Europea (UE).

Turquía tiene grandes perspectivas de comercio y de crecer más, pero hoy con un grave problema, la democracia: “Hay que asegurar que un solo partido gobierne el país para poder luchar contra la plaga de terrorismo y los desafíos económicos.” ha afirmado el primer ministro del país, Ahmet Davutoglu.

Cuando el fin justifica el medio, es que las cosas ya andan mal, porque ningún medio que viole el universo del comportamiento político y social, sería la mejor forma de llegar al fin, pues de lo contrario, la idea de democracia, que por lo menos se quiere alcanzar, quizá ya desde antes de nacer esté moribunda.

Las cosas están raras en Turquía: bombardear a los kurdos del PKK, más bombardear a los del partido prokurdo consolidado y constituido "el Partido Democrático del Pueblo turco (HDP, por sus siglas en turco)", (porque los ultranacionalistas les destruyeron sus oficinas y el Gobierno los amenazó por apoyar a los del PKK), ya es una situación de alarma.

Decenas de muertos, caos político, porque el presidente Recep Tayyip Erdogan ni siquiera pude organizar un Gobierno de coalición, y por otro lado se ayuda a Estados Unidos bombardear a los terroristas del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe), pero también para atacar a los kurdos, es todo esto, una ecuación muy difícil de resolver que, atención, si no se resuelve, empero Turquía estará lista para el abismo.

Por eso hoy estará en Detrás de la Razón. Noche de domingo, 10:30 de Teherán, capital iraní, 6 de la tarde hora de Londres, capital británica, una de la tarde de México.