El país avanza ahora hacia una nueva elección, la de gobernadores de estado y consejos legislativos regionales. Se trata de una elección distinta a la presidencial, como es lógico. No tiene la carga emocional y el carácter definitorio que caracteriza a ésta, pero tiene extraordinaria relevancia para las distintas regiones, para los ciudadanos que habitan en ellas, porque se trate de escoger a personas que estarán al frente de cargos que directamente tienen que ver con sus necesidades.
Digo esto porque no se debe desestimar la elección del próximo 16 de diciembre. Por el contrario, hay que insistir en su importancia, en lo que está en juego para el ciudadano. Una elección que tiene mucho que ver con la gestión pública referida al lugar donde éste habita. Por tanto, se trata de servicios, de atención a necesidades primarias, compartiendo con las alcaldías tales exigencias. En esta elección cuenta como es natural lo político, en particular porque la misma no se puede desligar