La principal causa de la infelicidad del ser humano estaría en nuestro sistema límbico o cerebro emocional, una estructura que gestiona respuestas emocionales ante estímulos sensoriales. Toda la información que recibimos del mundo externo a través de los sentidos se impregna de matices emocionales, de placer o dolor, lo que realmente nos impide ser felices". En definitiva, "el objetivo final en el diseño de todo cerebro es la lucha por la supervivencia".
"El ser humano, cuyo cerebro pesa aproximadamente un 1400 g y posee una complejísima organización funcional, ha atisbado la conciencia de sí mismo", lo que le lleva a plantearse dos vías para conseguir un tipo determinado de felicidad: una de ellas consiste en mantener el equilibrio entre el placer y el dolor, pues "ambos extremos producen infelicidad", y la otra, "más drástica y quizás más auténtica", en aislarse del mundo, evitando interaccionar con él y que la información sensorial alcance, en el cerebro, el sistema emocional.