¿Participan las áreas cerebrales relacionadas con las emociones (con su caracterización personal como sentimientos) en la construcción de los juicios morales, aquellos en los que se dice, al considerar hechos o acciones, lo que es bueno o malo, justo o injusto? Hasta ahora las respuestas a esta pregunta se habían buscado intentando correlacionar la activación de las áreas cerebrales correspondientes a las emociones, detectadas mediante la técnica de resonancia nuclear magnética funcional con el desarrollo de juicios morales y, más concretamente, con el desarrollo de dilemas morales, unos dramáticos escenarios en los que (por ejemplo en los calificados como dilemas “mortales”) se plantea una disyuntiva entre dos opciones: la elección de una de ellas, la que comporta salvar la vida muchos, acarrea el sacrificio de uno o de unos pocos.