Da en el clavo el veterano Pérez-Reverte cuando escribe en twitter que albergaba ciertas dudas sobre si López Obrador y Claudia Sheinbaum eran imbéciles, oportunistas, demagogos o sinvergüenzas, pero que tras leer el comunicado en el que el presidente saliente de México y la presidenta electa tratan de explicar porque no han invitado al Rey de España a a toma de posesión de esta última, tiene claro que son las cuatro cosas a la vez.
Explica este par de majaderos que han vetado a Felipe VI por "no haber pedido disculpas" por la Conquista de América llevada a cabo por los españoles hace cinco siglos.
Lo de Sheinbaum y López es de coña, pero antes de entrar en materia -para poner en contexto la sandez-, creo imprescindible recordar que aquí tenemos un ministro de Sánchez, apellidado Urtasun, que impulsa la ‘descolonización’ de nuestros museos y que al otro lado del Río Grande -donde prosperan los exterminadores de los apaches- andan derribando a mansalva estatuas de Cristobal Colón y pintarrajeando las de Isabel la Católica.
Y que el 2 de enero de todos los años, con regularidad de metrónomo, la alucinada izquierda patria protesta airadamente en Granada contra la fiesta en la que conmemora la conquista de la ciudad por los cristianos, aduciendo que se celebra un ‘genocidio’ del que fueron víctimas musulmanes y moriscos.
La memez viene de lejos y está extendida. Han pasado ya más de tres décadas, pero todavía recuerdo que en 1992, con motivo de los fastos del V Centenario, vi aparecer por Madrid a una china llamada Marlene Chow y al profesor austriaco Leo Gabriel, al frente de una cuadrilla de ‘sandalistas’ procedentes de la Nicaragua sandinista, invitados a cuenta del sufrido contribuyente español por el gobierno de Felipe González, y que venían -literalmente- a cagarse en la Historia de España y a protestar contra las celebraciones.
Lo de México, que por cierto se ha contagiado en parte a países como Perú o Venezuela, lleva cociendo unos cuantos años y basta recorrer el Museo Antropológico del DF o visitar Cuernavaca para comprobarlo.
En su afán por reescribir su historia los muy cretinos obvian que hablan español, profesan la religión que extendieron los predicadores españoles, lucen apellido hispanos en su inmensa mayoría y que Cortés, Alvarado y esos feroces conquistadores que tanto detestan, no son nuestros antepasados sino los suyos.
La estupidez, la ignorancia y la falta del sentido de ridículo no es patrimonio exclusivo de asnos como López o Sheinbaum.
Antes citaba al ministro Urtasun, pero ahí tienen al tal Pisarello, dirigente de Sumar y miembro de la Mesa del Congreso, quien aplaude el veto al Rey y se va a México junto a la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el diputado bilduetarra, Jon Iñarritu.
Para concluir y por si a alguno le sirve de consuelo: Aquí padecemos un Gobierno empeñado en reinventar la Historia de España y ver si por el camino los rojos ganan por fin la Guerra de 1936.
Tontos y progres ese mierda hay por