Hubo manifestación en Madrid y grande, pero que nadie se equivoque: la protesta alentada desde el Consejo de Ministros y las televisiones sanchistas es una estafa.
La supuesta defensa de la Sanidad no es más que la excusa oficial.
El objetivo real de la bronca, es el desgaste de Isabel Díaz Ayuso, que se perfila como ganadora por mayoría absoluta de las próximas elecciones autonómicas.
En la Comunidad de Madrid, la atención primaria y la medicina de familia presentan las mismas carencias que en el resto de España. Algunas, estructurales, como la escasez de médicos y otras coyunturales, pero la realidad es que Madrid está mejor en casi todos los ratios que el resto de regiones.
Y sin embargo, la izquierda solo se tira a la calle y agita el cotarro en la capital del Reino.
No en Cataluña, ni en Valencia, ni en Extremadura o Castilla-La Mancha, donde gobiernan el PSOE y sus compinches.
Dicho esto, creo que el centro de Madrid debería haberse abarrotado este fin de semana de manifestantes. Sin duda.
Pero en protesta contra las tropelías del felón Sánchez, que se abraza a proetarras, golpistas y facinerosos y que después de desactivar el delito de sedición, para que Puigdemont y Juaqueras intenten otro golpe de estado sin riesgo, se apresta a eliminar el de malversación, para que no tengan que devolver ni el dinero robado y para que malandrines socialistas, como Griñán y los atracadores de los EREs, sigan ricos y se vayan rositas.
Sánchez reforma el Código Penal al dictado de los delincuentes y Page, Lambán, Vara, Ximo Puig, Margarita Robles, Marlaska, Nadia Calviño, Salvador Illa, Zapatero, Pepe Bono, Felipe González y colegas le apoyan en bloque, porque hace tiempo descubrieron que se hace más negocio asociándose con los enemigos de España.
Si el Partido Socialista fuera decente y estuviese en su sitio, cerrando filas con PP, VOX y Ciudadanos frente al golpismo, todo iría bien, pero el PSOE no es un partido decente. Campo es un partido ‘español’, sino un grave problema para España.