La Agenda 2030 supone el pistoletazo de salida para “el gran reseteo”, el punto de partida para el comienzo de una nueva era que debe marcar nuestras vidas y nuestro futuro más inmediato.
Todo comenzó en el año 2015, un año decisivo donde la mayoría de los gobiernos aprobaron lo que denominaron la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible para acabar con la pobreza extrema, combatir la desigualdad y la injusticia y solucionar el cambio climático.
Palabras bien sonantes y grandilocuentes, aparentemente inocuas, pero con un objetivo transformador del planeta, que afecta a todas las naciones, las vacía de identidad propia, funcionando como un todo integrador y universal.