Un auténtico mar de paraguas ante una lluvia que no cesa. Sin embargo no es suficiente para mover de aquí a los miles de fieles. Al rico chocolate le ponen al mal tiempo buena cara, eso sin olvidar las provisiones para aguantar las más de 12 horas de cola. Desde todos los puntos de la geografía española acuden a esta cita obligada cada primer viernes de marzo. Una tradición que culmina venerando la imagen del Cristo. Las puertas permanecerán abiertas hasta que ningún fiel se quede sin entrar en la Basílica.
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