La Unión Europea (UE) está conmocionada. Convulsiones tiene, para bien o para mal, pero tiene. Se recupera del ‘seremos felices para siempre’ que nunca sucedió.

Después del divorcio con el Reino Unido, la UE necesita que sus grandes, Alemania y Francia estén fuertes. Pero el asunto es que no lo están.

Francia está entrando en tremenda turbulencia que independientemente quién gane en el galimatías, podría terminar debilitándose por los escándalos y el caos político que está sufriendo frente a sus propias elecciones presidenciales.

¿Alguien quiere débil a Francia? Se ha armado un zafarrancho entre la clase política que nadie sabe cómo acabará. A principios de año, todo parecía una competencia clara. Las derechas por un lado o por el otro se perfilaban a la silla presidencial ante un socialismo sin credibilidad del que muchos culpan al actual presidente de Francia, François Hollande.

Pero de la noche a la mañana, la relación de fuerzas de poder cambió. El candidato de los republicanos, el de derecha François Fillon apareció en la palestra del chisme y el escándalo, por supuestamente mal usar los recursos públicos con estratosféricas cifras a favor de una simple asistente, la cual es su esposa. Lo investigan y la popularidad se le cae a pedazos.

Sin seguir los detalles locales, el equilibrio que había de la derecha triunfadora se va del lado de Marine Le Pen, que ahí en Francia o la aman o la odian. Pero a Le Pen también le publicaron sus trapitos. Malgastar dinero y no regresarlo, por lo menos a tiempo si no se quiere pensar mal.

La pregunta obligada: ¿Es mera coincidencia o hay alguna causa, que les aparezcan escándalos justo a los candidatos de derecha que más posibilidades tenían de ganar y que precisamente quieren la salida de Francia de la UE? ¿Circunstancia o podría haber un complot contra ellos?

Los críticos en Francia dicen que lo que se vive hoy se parece mucho al vendaval que se vivió en 1995 con Jacques Chirac, con escándalos ventilándose en los medios de comunicación a todo vapor.

Y esto hace saltar otra pregunta: ¿La política de Francia está siendo víctima de la prensa tal como dice que pasa el presidente Donald Trump en Estados Unidos? Si es así. Complot o no, contra Trump, pero lo cierto es que los medios de los demócratas lo persiguen como sombras, cada segundo, cada centímetro para sacarle lo más malo de lo malo.

Lo que hace saltar otra pregunta más: ¿Francia no estará siendo alcanzada por el viejo EE.UU., el del establishment, el del expresidente Barack Obama, para que no se salga de la UE? Más cuando Fillón si quiere hacer alianza con Rusia, algo que al establishment internacional no le conviene.

Francia, ahora otra punta del iceberg de cómo se cocinan y se juegan los proyectos por debajo del agua, juegos hechos por los capitales que gobiernan el mundo, ¿valdrá esta hipótesis?

También analizamos la hipótesis de otros franceses que dicen que Rusia quiere intervenir en la política de Francia, al mismo estilo del rumor que corrió en Washington.

Lo que hay que preguntar es si en Francia se juega ya la desintegración de Europa tal como lo conocemos, si se juega ahora ahí, el próximo movimiento de los juegos de poder del orden mundial.

En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.

El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres y Madrid, siete de la tarde; México a las 12 y Colombia, una de la tarde.

Por: Roberto de la Madrid.