Este jueves 23 temblará el mundo. Porque pese a quien le pese se votará una decisión que afectará no sólo a los ingleses, no sólo a los británicos o a los europeos, sino a todo el planeta.
19 billones de dólares es el peso real de la Unión Europea (UE), que la coloca unida, como la superpotencia que afecta polÃticamente, socialmente, militarmente y financieramente los destinos del mundo.
Asà este jueves 23 se votará si el Reino Unido se divorcia de esta Unión, amenazando entonces a priori, esa correlación entre los 28 paÃses europeos, y por ende, la relación con todas las demás naciones.
Para bien o para mal, no importa, las cosas serán diferentes. A ojo de buen cubero, sin duda la UE será menos poderosa. El Reino Unido es una de las 10 economÃas del mundo. Londres tendrá menos poder, estará divorciado del matrimonio más poderoso del planeta. Y las polÃticas para Rusia, Estados Unidos, y Oriente Medio quizá comiencen a tener otro interés.
Empero, para bien o para mal, y además al exterior, porque al interior del Reino Unido, es otra cosa. Ahà el destino lo tienen los propios británicos, divididos hoy por la mitad, entre los que se quieren largar y los que se quieren quedar. Divorcio por interés.
Los que se quieren ir están hartos de la migración que llega a la Gran Bretaña, y alegan que están más pobres y con menos empleos por seguir las polÃticas de la UE.
Los que creen en el matrimonio eterno, dicen que si se van de la Unión, serán más débiles y tendrán peores sueldos. A parte de la búsqueda del bien estar real, las razones están impregnadas de interés polÃtico, personal, patriótico, racista, extremista, derechista, y lejos de importar si se quedan dentro o fuera, se puede usar para ganar poder dentro del Reino Unido.
Las encuestas suben y bajan, y no definen quién va a ganar, tanto peor se pusieron con el sorpresivo asesinato de Jo Cox, una laborista a favor del que el Reino Unido se quedara con Europa.
Hace unas semanas estaba ganando el "sÃ" al adiós, hoy están iguales otra vez, o ligeramente a favor del quedarse, y es que ni los más expertos, ni los más soñadores, ni el propio pueblo saben a ciencia cierta qué va a pasar.
Saben lo que quieren: vivir mejor, pero no saben si, sus empresas están preparadas para vivir sin la UE, si Bruselas está preparada para vivir la separación, si la relación comercial y polÃtica será una pesadilla o un sueño dulce. Y menos saben si alguno de los poderosos como EE.UU., China o Rusia, estarán más felices al ver una Europa cada vez menos poderosa y cada vez más desunida.
El análisis, las preguntas y respuestas en Detrás de la Razón: a las diez y treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis de la tarde; México y Colombia, doce del dÃa; Madrid, ocho de la noche.