Escenario uno: hace una semana y días, la ONU publicó un reporte doloroso, donde se exhibe la crueldad con la que miles de niños son heridos, asesinados o matados de hambre en 2015.
Es el reporte CAAC (Children and Armed Conflict), el reporte que exhibe las violaciones a los derechos de los niños en los conflictos armados. En la lista negra de los violadores de estos derechos, se puso a Arabia Saudí.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusó a Arabia Saudí de ser el responsable de por lo menos el 60 por ciento de los niños víctimas (muertos y heridos) en Yemen, el 60 % de 510 niños asesinados y 667 heridos. Acusó a Riad por su responsabilidad de bombardear y disparar indiscriminadamente, junto con su coalición, contra los yemeníes.
El reporte CAAC incluso indica que el ataque militar aéreo de Arabia Saudí se centró en un 50 % en bombardear escuelas e instituciones médicas. Riad entonces se indignó por el reporte que exhibía su realidad y su rostro oscuro, y exigió que quitaran su nombre de la lista negra.
Escenario dos: días después, la ONU se echó para atrás. Sorprendentemente aceptó la propuesta de Arabia Saudí de quitarla de la lista negra y revisar el reporte para saber si en realidad era verdad que los saudíes estuvieran matando niños en Yemen, como consignaba la investigación de la ONU.
De esta forma, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, aceptó que entre la ONU y Arabia Saudí, los dos juntos revisaran la situación para conocer en realidad las violaciones a los niños. Es decir, el acusado pasaría a ser parte del juzgado. Es decir, Naciones Unidas agachó la cabeza ante Arabia Saudí.
Escenario tres: Las oenegés del mundo como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) protestaron contra la ONU por ceder ante Arabia Saudí. Acusaron a Ban Ki-moon de rendirse y de ser un descarado, desvergonzado, por actuar cobardemente para no enojar a Arabia Saudí.
Las condenas contra la ONU y los reclamos de los que defienden los derechos humanos no se hicieron esperar, denunciaron su poca credibilidad y su falta de compromiso con la defensa de la humanidad.
Escenario cuatro: La ONU no aguantó la presión y reveló. El secretario general de las Naciones Unidas confesó que Arabia Saudí lo estaba chantajeando, o mejor dicho chantajeando al mundo. En resumidas cuentas explicó que si no se retiraba a Arabia Saudí de la lista negra, Riad entonces retiraría el apoyo para millones de niños pobres en África y Oriente Medio.
Declaraciones lamentables al ver cómo Arabia Saudí, con mano en la cintura se puede dar el lujo de chantajear al máximo órgano mundial: las Naciones Unidas. Y más que eso, cómo pude disfrazar, maquillar y ocultar sus atrocidades. Y aun más que eso, ante la mirada mansa de los otros Gobiernos del planeta, sino es que, hasta con su apoyo.
Epitafio: Las vidas de los niños no importan para el comercio. Detrás de la Razón con las preguntas: a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis de la tarde; México y Colombia, doce del día; Madrid, ocho de la noche.