Parecería que el mundo está sordo, o ciego. ONG, activistas y medios alternativos, incluida la cadena HispanTV, han venido denunciando el despiadado ataque que Arabia Saudí hace contra Yemen.
Un ataque que ni siquiera está aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y que como resultado ha dejado ensangrentado todo el territorio yemení.
Los aviones caza saudíes cruzan la frontera, se internan en territorio ajeno y con todo el placer, bombardean lo que pueden, a discreción: escuelas, hospitales, centros de trabajo, zonas habitadas.
Arabia Saudí asegura que sólo bombardean posiciones militares, pero las imágenes cuentan otra historia: 3300 muertos y 6500 heridos de marzo del año pasado a la fecha.
La tragedia crece, y la sangre se desparrama: la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) alerta que 21 millones de yemeníes necesitan asistencia humanitaria, médica o social.
Es decir, 8 de cada 10 yemeníes, necesitan urgentemente ayuda para vivir. Más aún, 14 millones de personas no tienen la comida asegurada.
La ONU advierte de inseguridad alimentaria. Y repetimos el "más aún": Yemen vive bajo un secuestro, un cerco que rodea todo el país y que es impenetrable.
Cualquier avión o barco que intente llevar ayuda a Yemen, se enfrentan a las fuerzas de Arabia Saudí, que vigilan aire, tierra y mar, día y noche, para no dejar pasar nada.
En este retrato funesto, los ataques a la capital, Saná, además comenzaron nuevamente. Arabia Saudí decidió, después de 3 meses de no hacerlo, bombardear el corazón yemení, otra vez. El fuego cayó sobre el aeropuerto internacional de Saná (capital) y sobre una fábrica de alimentos para niños.
Al menos 15 mujeres y hombres fueron asesinados, 8 heridos. Los sobrevivientes se quedarán sin empleo. En esos complejos no habían armas ni municiones. Y si no es en la capital, entonces puede ser en cualquier punto de Yemen.
Hace unas horas los aviones de Arabia Saudí, asesinaron a 10 niños, al atacar una escuela en el noroeste, reporta Médicos sin Fronteras (MSF). Este es el retrato completo, pero escrito de lo que pasa. El dolor, el miedo y el sufrimiento en carne propia en Yemen, debe ser el infierno mismo.
¿Por qué el mundo no interviene para detener ese infierno?
¿Qué culpa tiene la gente y los niños inocentes que han muerto ahí?
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que desde la escalada del conflicto en marzo del año pasado, 1121 niños han perdido la vida y otros 1650 han resultado heridos.
¿No es un dato contundente para detener a Arabia Saudí?
¿Si fueran niños franceses pasaría lo mismo?