La empresa multinacional Uber, que se define a sí misma como una aplicación (app) para el transporte privado de personas, pero en realidad es una empresa de transporte que opera sin habilitación legal, se instaló en Uruguay en medio de enorme controversia.
Esta aplicación permite a usuarios privados contratar un vehículo privado para transporte, utilizando exclusivamente la tarjeta de crédito como medio de pago. Este servicio paga un alto porcentaje a la aplicación, del 25 al 35 %, pero no paga ningún tipo de impuestos en el país. Tampoco los choferes cumplen con ninguno de los requisitos para transporte público, y escapa de toda reglamentación local respecto a responsabilidad del chofer, seguros, etc.
Su crecimiento en todo el mundo ha sido polémico, en algunas ciudades ha sido prohibida o directamente bloqueada, como sucedió en Alemania, o los choferes de Uber han sido atacados, como en Barcelona, y también, en Montevideo. Opera en 250 ciudades de 50 países.
Algunos lo consideran una competencia desleal a las empresas de transporte de taxis locales, además de una precarización del trabajo, ya que los choferes de Uber no tienen ningún tipo de aportes jubilatorios, derechos de