¿LO HARÁS?
Cuando P’an-Ku, creador del universo, murió,
sus despojos formaron el mundo que habitamos:
Los vientos y las nubes fueron su respiración.
Su voz el portentoso trueno.
De uno de sus ojos salió el Sol
y del otro la cambiante Luna.
De ambos el rayo y el relámpago.
De su tronco y de sus miembros
las cinco grandes montañas.
De sus lágrimas los ríos y de su sangre el mar.
De su sudor la lluvia y las gotas de rocío.
Sus venas fueron los caminos
y sus músculos los campos y cosechas.
De su pelo y de su barba brotaron las estrellas.
De su piel y fino vello las flores y los árboles.
Su médula fue el jade y las marinas perlas.
Todo en él era bondad y su bondad fue sacrificio.
Ahora, dime tú: ¿Cuándo yo muera
formarás con mi recuerdo un universo?