Tras trece años un gesto, la recogida de una bandera, marca el fin de la misión de combate de la OTAN en Afganistán, de la denominada ISAF. Con esta ceremonia se completa la retirada gradual de tropas internacionales y la transferencia de las competencias de seguridad a las autoridades afganas iniciada en 2011.

“Hoy la OTAN completa su misión de combate . Un periodo repleto de importantes logros y tremendos sacrificios, especialmente por los miles de policías, tanto de la coalición como afganos, que perdieron su vida. Personas que dieron todo para construir un mejor futuro en esta tierra devastada por la guerra”, señala el comandante en jefe de la ISAF, el estadounidense John F. Campbell.

Al acto también acudió el consejero de seguridad nacional del Gobierno afgano, para quien ahora se abre un nuevo capítulo.

“Afrontamos un nuevo reto en esta alianza. Necesitamos su ayuda para construir los sistemas necesarios que aseguren una sostenibilidad a largo plazo y un desarrollo de las capacidades de nuestras fuerzas armadas”, dice Mohammad Anif Atma.

Afganistán atraviesa uno de los momentos más complicados desde la invasión de Estados Unidos y el final del régimen talibán hace 13 años, con un aumento en los últimos meses de los ataques insurgentes y el número de víctimas civiles.