Perogrullo, pero hay que repetirlo. Todo cuanto implique debate público en una democracia es importante. Tiene interés lo económico, lo social, lo cultural. Lo que tiene que ver con la salud, con la educación, con la producción. Con el manejo del campo y de la industria, con la seguridad. Repito: todo tiene importancia y debe ser de la consideración prioritaria de los ciudadanos. Además, los gobiernos democráticos están en la obligación de informar al pueblo de su gestión. No ocultar nada. Ya que la transparencia es fundamental.
*¿A qué viene esta consideración? Muy sencillo. A que en tiempos de crisis, cuando los problemas de un país se agravan éstos inciden directamente en el ánimo de la población. Cuando cunde el malestar y la sociedad se neurotiza, la tendencia es a creer que los males presentes se superan cambiando el gobierno electo popularmente y de acuerdo a lo pautado por la constitución. Hay voces que en Venezuela se pronuncian por un cambio de gobierno a como dé lugar, no a través de la vía que pauta la constitución, sino por atajos. Así por ejemplo, porque hay desabastecimiento. Porque hay problemas con las líneas aéreas, porque hay inseguridad y por otros tantos problemas, hay que derrocar el gobierno que el pueblo se ha dado mediante elecciones libres. No quiero excusar lo que ocurre con generalizaciones impertinentes, pero basta con extender la mirada sobre lo que sucede en otras naciones y con prestar atención a las noticias diarias darse cuenta que los padecimientos que nos afectan se plantean en todas partes. Mas repito, acepto el razonamiento de que mal de muchos es consuelo de tontos. Pero de que los problemas están en todas partes es cierto. Lo están.
*Pero resulta irresponsable que porque existan problemas en Venezuela hay que salir de Maduro. Hay que darle un golpe o promover un levantamiento popular. Ante todo es irresponsable porque para dar un golpe hay que contar con apoyo de la fuerza armada nacional bolivariana, o de un sector, lo cual no se vislumbra por ninguna parte. Al contrario, cada día la institución armada ratifica su lealtad al orden constitucional y al presidente maduro. La otra opción que algunos plantean es la de una convulsión popular, tan remota como la anterior. El gobierno bolivariano cuenta con un respaldo sólido en el seno del pueblo, así haya descontento, el cual es expresión del espíritu crítico de la sociedad venezolana desarrollado por la prédica constate de Hugo Chávez.
*Lo que afirmo no es retórica. La realidad lo confirma con el fracaso del golpe del 11 de abril de 2002, y ahora con el fracaso del guarimbazo que en vez de insurrección popular lo que generó fue un aplastante rechazo colectivo. Ningún problema tendrá solución en Venezuela si se altera la estabilidad constitucional. Es en este marco, con diálogo y buscando consensos, como se pueden resolver los problemas. El salto aventurero los agravaría. La historia está llena de ejemplos.