Al principio, los telescopios nos permitieron ver el Universo. Hoy el vidrio nos ayuda a llegar al Espacio y contribuye a mejorar la medicina, más allá de los logros del microscopio. El vidrio ha hecho posible la consecución del mapa del genoma humano y en un futuro próximo los dispositivos de cristal líquido permitirán la fabricación nanotecnológica de máquinas más pequeñas y más precisas.