Cerca de un millón de personas, la cuarta parte de la población de la República Centroafricana ha tenido que huir de sus hogares. En Bangui, la capital, hay tres campos de refugiados. Médicos sin Froteras se queja del poco apoyo que llega pese al fácil acceso a alguno de los campamentos.
“Ahora hay cerca de 100.000 personas viviendo aquí, en un área pequeña cerca del aeropuerto. Es difícil entender porque ha llegado tan poca ayuda a la población”, explica Lindis Hurum, coordinadora del campo de M’Poko
El conflicto entre musulmanes y cristianos empieza a desembocar en actos de represalia y en recaudaciones impuestas a la población. Algunos tienen que poner tierra de por medio. “Es triste, muy triste. Soy centroafricano y me he tenido que ir, mañana marcho a Chad aunque no conozco a nadie allí. Nunca he estado, pero sé que me van a recibir bien.”
La ONU ha alertado de la posibilidad de un genocidio si no cesa la espiral de violencia. El Consejo de Seguridad aprobó el martes un plan de despliegue de tropas europeas muy inferior a las necesidades marcadas por la organización.