Por eso, hoy más que nunca, sentimos que Chávez no se fue, nunca se irá, porque Chávez de verdad, verdad, se convirtió en un pueblo, en una idea, en un sentimiento, en una fuerza espiritual; Chávez se convirtió en todo un pueblo junto a Bolívar, a Zamora, a Miranda, a Sucre, a Robinson, a Manuelita, a Sandino, al Che, a Allende, a Camaño, junto nuestro libertadores y libertadoras, Chávez está y estará por siempre marcando los caminos de nuestro pueblo hacia su redención verdadera y definitiva. (Aplausos).
En el año 2013 en nuestra Patria se impuso la lealtad emanada de la conciencia y del amor comprobado, y el gran mensaje que ha enviado nuestro pueblo al mundo es: ¡La Revolución vive, tiene fuerza propia y seguirá su rumbo en este siglo XXI!
Qué impacto tan grande ha tenido este mensaje colectivo, no solo en la historia de Venezuela, sino en la historia de nuestra América y en la historia de las luchas por una nueva humanidad.
Diputados y diputadas, a lo largo de todo el año 2013 y en lo que va del 2014, tuvimos que enfrentar junto al pueblo la más brutal y despiadada guerra económica, luego de la dolorosa desaparición física del Comandante Chávez. Esta guerra económica se desplegó en toda su intensidad, como bien lo señaló en su momento el compatriota Víctor Hugo Majano, para reducir o limitar la oferta de bienes esenciales de consumo masivo, haciendo uso de mecanismos propios de la lógica del mercado del capital.
La burguesía demostró una crueldad que solo es comparable con la que exhibió entre diciembre y enero de 2002-2003, cuando el sabotaje petrolero; se puso de manifiesto, una vez más, su odio contra el pueblo, el odio de quienes consideran que nuestra Venezuela es de su propiedad y que les ha sido concedida el derecho divino a explotarla y timarla.
Debo decir que, luego de que aguantamos los primeros embates de la facción apátrida que pretende destruir la Revolución Bolivariana por vías de métodos económicos, pasamos a la ofensiva siempre con la Constitución, las leyes en la mano y el apoyo del pueblo.
Hoy decimos con Chávez, frente a cada agresión, que debe conformarse un escudo para neutralizarla. Gracias al apoyo popular y la mayoría de diputados patriotas de la Asamblea Nacional, hoy contamos con una Ley Habilitante para seguir neutralizando tanto abuso, tanto atropello. Hago mías estas palabras de nuestro Libertador: “Cuando la ley me autoriza, no conozco imposibles”. (Aplausos).
Nosotros ya conocemos a esa burguesía apátrida y agresora que ataca desde el anonimato, cuidándose mucho de no dar la cara, teme hacerse cargo de su violencia y, una vez más, es profundamente irresponsable, camuflando sus objetivos políticos, detrás de delincuenciales prácticas de lucro; una vez más, esa burguesía se colocó al margen de la Constitución.