El presidente letón, Andris Berzins, no ha dudado en calificar de “asesinato” el derrumbe del techo del centro comercial en Riga. “Debería considerarse como un asesinato de numerosas personas indefensas”, dijo en la televisión pública LTV. “No fue una catástrofe natural o mala suerte, porque la naturaleza no jugó ningún papel”.

Para colmo de males, otra parte del techo del centro comercial se vino abajo este sábado con gran estruendo a pocos metros del lugar donde estaban trabajando los equipos de rescate. Las operaciones se han suspendido hasta que se pueda garantizar la seguridad.

De entre los escombros ya se han recuperado 54 cadáveres y aún hay personas desaparecidas, pero se considera prácticamente imposible que quede alguien con vida debajo los enormes bloques de varias toneladas del techo derrumbado.

¿Por qué?, se sigue preguntando Letonia. ¿Cómo un centro comercial, construído hace tan sólo dos años, pudo venirse abajo como un castillo de naipes sobre las cabezas de decenas de clientes? Se barajan dos hipótesis: que el hundimiento se debiera a un error de concepción o bien a las obras de ajardinamiento que se estaban llevando a cabo en la azotea.