Según fuentes del ministerio de Sanidad y de la policía el número de muertos ha ascendido a 33 pero entre los escombros, aseguran, podría haber todavía mucha gente atrapada.

Encontrar con vida a esas personas es el objetivo de los equipos de rescate.

“Mi mujer está ahí, explica un señor. No sé nada de ella. No sé si está viva o muerta. Llamo a todas partes pero no tengo información”.

El edificio, construído hace menos de dos años, sufrió al menos dos derrumbes el jueves por la tarde. Fue en el segundo de ellos cuando fallecieron tres miembros de los equipos de rescate.

Las autoridades de Riga apuntan a las obras de ajardinamiento que se estaban llevando a cabo en la azotea como una de las causas más problables del derrumbe. La policía ya investiga esta posiblidad a pesar de haber sido rechazada tajantemente por la empresa constructora.

Según el jefe del Departamento de Obras de Riga, la empresa podría haber incumplido las medidas de seguridad durante los trabajos.