A finales de la década de los 90, la zona más popular entre los adolescentes de Barcelona eran los bares del Gótico y de Poblenou. Los grupos de colegas se juntaban en bares a escuchar música reivindicativa y a beber litros de alcohol a precios Low Cost. Cuenta la leyenda que una noche, uno de esos bares se quedó sin alcohol y en lugar de abandonarlo, los clientes empezaron a rellenar una botella con los culos de sus bebidas. Para alargar la noche pactaron que se la beberían a chupitos y que el cocktail se llamaría Strong, tanto por la fuerte amistad que les unía, como por la contundencia del licor. Y la anécdota se convirtió en tradición, desde entonces todo grupo de amigos que quieran sellar su amistad han de brindar con la mezcla de sus bebidas y si se atreven, marcarse una mezcla de sus canciones como nuestros amigos Planeta Lem y Che Sudaka.