En plena conferencia de la ONU sobre el desarrollo sostenible en Rio de Janeiro, 300 miembros de comunidades instaladas en la Amazonia, ocuparon las obras de Belo Monte. Una obra gigantesca, a 3.500 km de Rio. El objetivo de los manifestantes es denunciar los “crímenes sociales y ambientales cometidos con la construcción de los grandes proyectos hidroeléctricos en la Amazonia”.