El día lunes, una inesperada multitud de votantes se reunió para participar en los primeros comicios electores parlamentarios en Egipto desde el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
A las 9 de la mañana, los votantes formaron largas filas ante la atenta mirada de la policía y el ejército.
En la plaza Tahrir, el epicentro de la lucha por la democracia en Egipto, miles de manifestantes se mantuvieron allí durante 10 días para presionar y exigir el fin inmediato del régimen militar. Sin embargo, eso no pareció desalentar el entusiasmo manifestado por gran parte del pueblo egipcio a la hora de emitir el sufragio.
En varios colegios electorales del El Cairo, los votantes informaron demoras de hasta cuatro horas debido a la falta de boletas, inconvenientes con la lista de votantes y retrasos en la llegada de los jueces que supervisaban las mesas de votación. Además, un periódico informó que, en algunos barrios de la capital egipcia, soldados del ejército emitieron disparos al aire para dispersar a la multitud enardecida que trataba de llegar a un centro de votación.