En la segunda jornada de la primera ronda de las elecciones parlamentarias ha vuelto a reinar la apatía. Ni siquiera la imposición de una multa de 500 libras egipcias, unos 55 euros, para aquéllos que no acudan a votar y el medio día libre, ha animado a los electores más jóvenes.

“La media de las mujeres votantes ha sido la habitual. Pero desconozco si los jóvenes van a votar o no. ¿Qué es lo que piensan y quieren y a qué se oponen?, ¿Acaso no quieren dar al país la posibilidad de avanzar?, ¿A qué esperan? Qué Dios nos ayude!”, manifestaba una electora residente en Alejandría, la segunda ciudad egipcia más importante después de El Cairo.

En estas elecciones, las primeras tras el golpe de Estado protagonizado por Al Sisi contra el islamista Mohamed Mursi en julio de 2013, no concurre la principal fuerza política, los Hermanos Musulmanes, declarados grupo terrorista.

Unos 27 millones de egipcios están llamados a las urnas en esta primera fase, que dura dos días. La segunda fase se