Los betabloqueantes, ampliamente utilizados para tratar la hipertensión y los problemas cardíacos, interfieren con el modo en que el cerebro almacena los recuerdos. Si se administran estos fármacos en el momento adecuado, sugieren, las víctimas de desorden de estrés postraumático podrían borrar los períodos de pánico que los acosan.
La idea de que los betabloqueantes pueden ayudar a eliminar recuerdos traumáticos se inspiró en descubrimientos realizados durante la última década. Algunas drogas, por ejemplo, pueden interferir en su evocación.
El betabloqueante propanolol es un ejemplo. Bloquea los neurotransmisores involucrados en la fijación de los recuerdos, y diversos estudios hallaron que roedores que aprendieron a temer un tono musical seguido de un shock eléctrico pierden este miedo si se les administra propanolol antes de emitir el sonido. Según se afirma en Nature, un grupo de psiquiatras neoyorquinos logró hacer lo mismo en seres humanos. Les indican tomar una dosis de propanolol cuando sienten los síntomas característicos de su trastorno, como ritmo cardíaco acelerado o problemas para respirar. Aunque no existen en la actualidad tratamientos efectivos contra este problema, una terapia de este tipo no deja de presentar aristas controvertidas. Algunos especialistas en salud mental, afirma Giles, dicen que podría prestarse a abusos, por ejemplo si comandantes militares intentaran utilizarlo para insensibilizar a los soldados ante actos terribles. "Si los soldados hicieran algo que causara la muerte de niños, usted querría que recibieran betabloqueantes para que lo hicieran de nuevo?", preguntó Paul McHugh, psiquiatra de la Johns Hopkins University en Baltimore.
Los betabloqueantes actúan bloqueando muchos efectos de la adrenalina en el cuerpo, en particular el efecto estimulante sobre el corazón.