El Sevilla FC no se puede concebir sin jugadores emblemáticos como Jesús Navas, y él lo tiene muy claro. En su emotiva despedida del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, el lateral no pudo evitar las lágrimas en su último partido oficial en casa. Tras la victoria por 1-0 contra el Celta, Navas ofreció una rueda de prensa cargada de emoción, donde dejó claro que desde niño su único objetivo fue hacer feliz a su Sevilla. El futbolista, con palabras de agradecimiento, pidió el mismo nivel de sacrificio para todos los que vistan la camiseta del club: "Es lo más grande, mi Sevilla y mi selección. Y me quedo con no haber cambiado. La gente me pregunta cómo puedo ser tan humilde con lo que he conseguido, pero eso es lo que me ha permitido llegar hasta aquí. Siempre di todo hasta el último día por mi afición, por Puerta, por Reyes. Quiero que todo aquel que se ponga esta camiseta se entregue con la misma pasión con la que yo lo he hecho. Este número es sagrado, igual que el de Reyes. Este club es sagrado, este escudo es sagrado y esta afición es sagrada", expresó visiblemente emocionado.