Otra imposición del Gobierno Sánchez a Madrid.
Pero el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso no se quedó callado y denunció la enésima tropelía contra los intereses regionales.
Fue con motivo de la firma del programa María Goyri, con el que el Ministerio de Universidades promueve la creación de un millar largo de plazas de profesores en las universidades públicas madrileñas. 169 millones de euros que vienen con mucha dinamita.
La intrahistoria del enfado de Emilio Viciana, consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, es que pidió firmar telemáticamente un convenio con el que no estaba de acuerdo, pero que tuvo que suscribir para no perder 169 millones de euros, a pesar de que sea un chantaje. La ministra se negó a la firma telemática. Así pues, el consejero decidió ir a la firma y decirle a la cara lo que pensaba:
Dice la ministra Morant que Madrid no puede permitirse perder 169 millones de euros, pero este convenio hipoteca a la Comunidad de Madrid por valor de 2.000 millones de euros durante los próximos 35 años.
Subrayó la cacicada de un acuerdo que no lo es como tal:
La firma de este convenio una imposición, es una cacicada, es un chantaje, es un Pedro Sánchez invita, y las comunidades autónomas pagan. Este acuerdo envenena a las universidades públicas, vulnerando la autonomía universitaria e imponiendo una única figura de profesor.
Para Viciana, uno de los puntos diabólicos el intentar acabar por parte del Gobierno Sánchez con el papel del profesor asociado:
Este permite que los profesionales lleven su experiencia a las clases universitarias. El Gobierno de Sánchez quiere volar los puentes entre la universidad y la empresa, entre la universidad y el mundo real, queriendo aislar a los centros en la ideología y en la dependencia de los poderes públicos.
Insistió en que lo firmado es un chapucero chantaje:
La Comunidad de Madrid, siempre dentro de sus competencias, compensará la ingeniería social de este convenio trampa, pero protegiendo y promoviendo la figura del profesor asociado. Es una vergüenza que ensucien el nombre de María Goyri para blanquear este chantaje y esta chapuza.