El escenario es prácticamente apocalíptico. Allí, en mitad de la devastación, las fuerzas de seguridad patrullan las calles de día y de noche, porque hay quienes se están aprovechando de la tragedia para robar joyas, ropa de marca, relojes, perfumes o incluso bebidas alcohólicas. Los dispositivos de seguridad han tenido que reforzarse, especialmente en las zonas comerciales más afectadas por la DANA. La cooperación, asegura el ministro del Interior, es absoluta, pero es complicado dar abasto ante los incesantes saqueos. Ya hay más de 60 detenidos. Para todos ellos la Fiscalía valenciana está pidiendo prisión. Consideran que en estas circunstancias es completamente intolerable, moral y penalmente. De hecho, el Código Penal agrava la pena de hurto, de uno a tres años, cuando los delincuentes se aprovechan de una situación tan trágica como esta.