La operación fue llevada a cabo por la Policía filipina y la Interpol. La investigación comenzó tras el suicidio el pasado mes de julio de un joven británico de 17 años, que fue víctima de esta red de chantaje.

“Esta operación muestra que no hay lugar donde esconderse. No importa dónde se comentan los delitos o que los criminales traten de esconderse bajo el anonimato de internet. Las fuerzas de la ley están determinadas a localizarlos y llevarlos ante la justicia”, dijo en rueda de prensa el director del Centro de la Interpol Contra Delitos Digitales, Sanjay Virmani.

Los supuestos miembros de la red se hacían pasar por mujeres en redes sociales e invitaban a los usuarios a mantener sexo virtual, una vez que se habían ganado su confianza. De esta forma los grababan sin su consentimiento y posteriormente les extorsionaban, pidiéndoles dinero a cambio de no hacer públicos los vídeos.