La incógnita ahora es cuándo imputarán a Sánchez.

En el argumentario que reparte La Moncloa entre los paniaguados periodistas de la ‘Brunete Pedrete’, los mismos que se hartaron de repetir ‘no hay caso’ cuando el juez Peinado emplumó a Begoña, se insiste en que el jefe del PSOE es una ‘victima’ y que como el resto de la banda fue engañado por Ábalos.

Que todo se queda en el ámbito del exnúmero tres del partido y las andanzas de esa ‘manzana podrida’ no afectan al ‘Número 1’ y a su actual entorno.

Basta ver como se les cuartea la cara cuando se les recuerda que la UCO todavía no ha desvelado la parte de sus indagaciones que más afecta al marido de Begoña y quedan teléfonos móviles y correos por volcar, como los del exministro de Transportes, para darse cuenta de que ni Sánchez ni su mariachis las tienen todas consigo.

La relación del PSOE con la corrupción no es sólo un vicio o una perversa costumbre, sino un fin existencial, un propósito de vida, su razón de ser.

Y prueba de ello es que se pusieron a mangar, apenas sacar adelante la moción de censura contra Rajoy, con apoyo de proetarras y golpistas y que, aprovechando la pandemia y que tenían al personal encerrado en casa, se desbocaron, sin preocuparse siquiera de disimular, porque se consideran impunes.

No es que Ábalos, dejara hacer a Boldo y compinches.

Es que patrocinó los cambalaches de Aldama y se benefició en metálico y en especie, como prueban el chalé de La Línea de la Concepción, el ático en la madrileña Plaza de España para la amiga Jésica y Dios sabe cuántas cosas más.

Todo ello, mientras unos ‘empresarios’ llevaban bolsas de plástico repletas de billetes a la sede socialista de Ferraz, donde dicen que no saben los nombres de los ‘visitantes’, porque borran cada mes todos los archivos, todos los rastros. Como la mafia.

La mayoría de los ‘expertos’ sostiene que el primero en ‘cantar’ será Aldama, que está ya encerrado en la prisión de Soto del Real.

Yo lo dudo y no sólo porque el tipo no descarta que este Gobierno infame termine agenciadole un acuerdo extrajudicial como el del socialista Morodo, el que cobraba millones de la Venezuela de Maduro por informes ficticios, engañó al Fisco y se va rico y de rositas.

Aldama, que esconde decenas o quizá cientos de millones en el extranjero, aguantará, dilatará los procedimientos y se limitara a amenazar como el comisario Villarejo.

Donde tiene Sánchez el problema de verdad es en Ábalos.

Basta ver al ex secretario de Organización del PSOE para darse cuenta de que no es de los que se comen a solas el marrón o se sacrifican por la pandilla.

Y él, mejor nadie, sabe que sin el marido de Begoña nada hubiera sido posible y tiene las pruebas.

Vamos a ver que es lo próximo que revela la UCO.

A partir de ahí, bastará que un juez se tome en serio el asunto, para que Sánchez inicie la peregrinación a los Juzgados.