¿Yo solo sé que no sé nada? Clase sobre la filosofía de Sócrates por #PérezPirela

La Iguana TV 2024-09-04

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#DesdeDondeSea #PérezPirela #Socrates #Filosofía
Como un filósofo de la necedad, un maestro ambulante que enseñaba gratis y que ayudaba a sus alumnos a parir la verdad, caracterizó Miguel Ángel Pérez Pirela al filósofo griego Sócrates, en una clase 2.0 inscrita en los Jueves de filosofía del programa Desde donde sea.


A su juicio, Sócrates es el gran fundador de la Filosofía. “Alguien puede decir que el fundador fue Tales de Mileto, con su asombro y los aportes que hizo a la comprensión de los fenómenos naturales. O puede decirse que los presocráticos que comenzaron a abrir la búsqueda del arjé o arkhé, el origen, el principio del mundo, como Pitágoras, Anaximandro o Anaxímenes. Pero en lo particular creo que ese título corresponde a Sócrates”, expuso.


Argumentó que el solo hecho de que se hable de “filósofos presocráticos” muestra la importancia de Sócrates. “Él es una especie de antes y después de Cristo en Filosofía porque rompió el foco que hasta entonces caracterizaba la búsqueda y la investigación de los filósofos. Prefiere centrarse en Atenas, en la vida vivida, cotidiana, en la búsqueda de eso que los griegos llamaban areté, la virtud. Empieza a hacerse preguntas más allá de cuál es el origen de la vida (sus antecesores había postulado que era el fuego, el aire o la matemática). Se pregunta qué es una vida justa, abriendo los senderos a la reflexión sobre la muerte, tema socrático por excelencia. Una de las grandes lecciones en la vida de Sócrates fue su muerte, la forma cómo murió. Es una de las más importantes clases de filosofía de todos los tiempos”.


Apuntó que “Sócrates nunca escribió nada, bajo la sospecha de que se pudiera tergiversarse lo escrito por él. Todas sus enseñanzas nos han llegado a través de su alumno, Platón. Por ejemplo, sabemos de su muerte a través de La apología de Sócrates, libro de Platón. En él, relata cómo fue el proceso que llevó a la muerte y la muerte misma de su maestro”.


Recordó que Aristóteles, a su vez, alumno de Platón, completó una especie de dinastía que marca absolutamente todo el devenir de la Filosofía, al punto de que siglos más tarde, grandes pensadores, como Friedrich Nietzsche, han dedicado parte de su obra a la crítica de estos precursores fundamentales.


“Sócrates nace en 470 antes de Cristo, hijo de un escultor y una partera. El mayor legado en términos de epistemología (filosofía del conocimiento) y en términos de pedagogía, lo obtiene Sócrates de su madre, pues adopta como método de enseñanza y conocimiento la mayéutica, que quiere decir ayudar a parir –señaló-. No era adinerado, nunca lo fue, se desempeñó como militar, maestro y filósofo. La enseñanza no es poca cosa dentro de la estructura de su filosofía. Enseñaba de gratis, al contrario de los sofistas, a quienes se opuso. Ellos daban clases de retórica a las familias más adineradas. El lucro era un aspecto fundamental en la metodología de los sofistas”.


“Sócrates, en cambio, no escogía a quién darle clases. Era el filósofo de la necedad. Era un necio de profesión, un provocador, un irónico de profesión, en Venezuela diríamos que un sacapiedra que se paseaba por toda Atenas provocando a la gente. Detrás del ‘yo solo sé que no sé nada’, él se hacía el loco para desafiar a la gente que ostentaba de muchos conocimientos. Así comenzaba a meter el dedo en la llaga de la ignorancia de quienes pensaban que sabían mucho. Demostraba que la premisa fundamental del conocimiento es la conciencia de la propia ignorancia. Si crees que te las sabes todas, no estás proclive a aprender. Por eso es que el Oráculo, ante la pregunta ‘¿quién es el más sabio de Atenas?’, responde que es Sócrates, porque declaraba saber que no sabía nada”.


El moderador acotó que los sofistas no le daban importancia a la verdad, sino al envoltorio, a la forma, a la retórica. “Este es otro punto de roce entre el pensamiento socrático y los sofistas. Si un sofista lograba marearte, engatusarte con las palabras, quitarte la razón con artilugios lingüísticos, estaba contento porque había logrado su objetivo. En cambio, Sócrates comienza la búsqueda frenética de la verdad. Trataba de extraer la verdad de sí mismo. Por eso digo que era un necio de profesión”.


En lo que sí coincidieron Sócrates y los sofistas fue en su enfoque dirigido a la enseñanza, de allí el florecimiento de las escuelas de la antigua Grecia.
Un componente primordial de la filosofía socrática es la mayéutica. “Se trata de hacer parir la verdad que habita en cada uno

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