Respecto al cisma entre PP y VOX, escenificado dramáticamente con la ruptura de la coalición en seis regiones, lo primero que se me ocurre es que dos partidos destinados a entenderse, con un buen balance en su gestión conjunta y un rival común lamentable, no pueden auxiliar con sus peleas al peor Gobierno de la Historia de España.
La jugada de Abascal es arriesgada, pero hay que reconocer valentía a los de VOX, pues se conocen pocos casos de políticos españoles capaces de bajarse del coche oficial una vez que lo han probado.

Los pactos del centroderecha, en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, demonizados por la ‘Brunete Pedrete’ mediática y por los socios proetarras o golpistas de Sánchez, han dejado claro que se puede gobernar en España de otra manera, evidentemente mucho mejor, a lo que lo hace la Coalición Frankenstein.
El reparto en ‘paquetes’ de 347 MENAS y su aceptación por los populares, no parece a primera vista motivo suficiente para un divorcio político como el que acabamos de ver, pero creo que a lo que apunta Abascal no es a ese detalle, sino a la nefasta gestión de la inmigración irregular, marcada por la incompetencia, la demagogia y las contradicciones del PSOE y paradójicamente, tolerada por el PP.
No se si han reparado en el escabroso detalle de que, en el reparto de MENAS acordado entre populares y socialistas, resulta que Cataluña y el País Vasco no van a recibir ‘paquete’ alguno.
Y no lo van a recibir, por allí mandan los socios del ‘okupa’ de La Moncloa y estos -Mirian Nogueras de Junts y Rufián de ERC por ejemplo- alegan ser solidarios y humanitarios, pero que la ‘mierda’ -textual- se la coma España.
No hay riesgo de que la izquierda se vaya a aupar al poder en Murcia, Extremadura, Valencia, Castilla y León, Aragón o Baleare, pero lo sucedido abre incógnitas.
Que la sonrojan ineptitud del Gobierno Sánchez, incapaz de articular una política migratoria digna de ese nombre o al menos controlar nuestras fronteras, sirva como baza al marido de Begoña para minar la estabilidad de cinco regiones y poner en duda la fiabilidad de su alternativa natural, es lamentable.
Y descorazonados resulta que le sirva para desviar unas horas la atención de sus múltiples escándalos.
Sánchez debería estar dando explicaciones sobre los apaños de su parienta, las trapacerías de su hermano músico y la tentacular corrupción de su partido; y detallando -si lo sabe cosa que dudo- cuáles son sus propuestas para frenar la invasión de irregulares, que aquí crece exponencialmente, mientras en países vecinos como Italia disminuye a toda prisa.
En lugar de eso, aunque espero que durante poco tiempo, porque este 17 de julio nos atacará con un plan para reinstaurar la censura de prensa en España y dos días después peregrinará Begoña de nuevo a los juzgados, el centroderecha le ha dado cancha para volver a agitar la falacia del peligro ultra y promover la mentira de que es inviable esa alternativa que exige cada día mayor numero de ciudadanos.
Electoralme