Más de 2 millones de personas en el mundo padecen la enfermedad de Crohn, una patología inflamatoria intestinal crónica, progresiva y de origen autoinmune que se diagnostica entre los 20 y los 30 años.
Históricamente los objetivos del tratamiento estaban orientados al control de los síntomas, pero actualmente se plantean objetivos más ambiciosos centrados en la calidad de vida del paciente, como la curación mucosa.
La variabilidad y heterogeneidad de sus síntomas implica que la enfermedad de Crohn tenga un alto impacto en todos los aspectos de la vida de los pacientes. A pesar de ello, desde 2016 no se contaba con nuevos principios activos autorizados hasta hoy.
Disponer de este nuevo tratamiento permite seguir reforzando el arsenal terapéutico actual para tratar de alcanzar objetivos como la curación mucosa y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
(Fuente: Jordi Dominguez Gris)