Aislamiento social, miedo o dejar de hacer planes por si no hay un baño cerca es algo que suele ocurrir a las personas que conviven con una enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Sobre esta y otras cuestiones como los retos y necesidades que plantean ambas enfermedades han hablado expertos y pacientes en el encuentro informativo 'Pasado, presente y futuro en Enfermedad Inflamatoria Intestinal', organizado por ABBVIE.
Tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa generalmente se diagnostican entre los 15 y los 30 años y pueden llegar a tener un alto impacto en la vida del paciente por los síntomas que provocan. Los más frecuentes: diarrea, náuseas, cansancio o fatiga.
Inicialmente, los objetivos del tratamiento estaban orientados a controlar los síntomas, pero las opciones terapéuticas han ido evolucionando para contribuir a la curación de la mucosa, la cual se asocia con una mejor tasa de resultados y menores tasas de hospitalización y cirugía a largo plazo.
Entre los retos que plantean estas patologías se encuentra la necesidad de facilitar el acceso equitativo de los pacientes a la innovación terapéutica y que los pacientes conozcan cada vez más y mejor la enfermedad.
La complejidad de estas enfermedades hace necesaria la implicación de diferentes especialistas sociosanitarios en su abordaje e impulsar la participación del paciente en la toma de decisiones.