Creo que estamos todos de acuerdo en que Alberto Núñez Feijóo no es la alegría de la huerta.
En realidad, es bastante soso, pero, de vez en cuando, tiene gracia.
Lo bordó el otro día cuando afirmó que en la España del Gobierno Frankenstein "es más fácil cambiarse de sexo que sacarse el carné de conducir o aprobar la Selectividad”.
Y dio en el clavo, como no podía ser de otra manera porque mucha gente sensata no le votaría este 23 de julio si sostuviera lo contrario, prometiendo adelgazar el Estado en cuanto echemos al socialista Sánchez de La Moncloa.
Entre las medidas que piensa adoptar el líder del PP se incluye recortar el faraónico gabinete de 20 ministros, creado por el jefe del PSOE para dar sillón, coche oficial, sueldo opíparo y chupetines a varios cabecillas de Podemos.
Entre los ministerios afectados estarán Cultura, Educación, Trabajo, Consumo e Igualdad.
Y ha sido escuchar ‘Igualdad’ y ver como Irene Montero saltaba como una hidra, denunciando que Feijóo quiere acabar con el feminismo en España y llevarnos a los tiempos de la Inquisición.
No, bonita; no.
El feminismo, la igualdad entre géneros o los derechos de la mujer no tienen nada que ver con que tu disfrutes de un chollo o tengas la posibilidad de irte con la ‘Banda de la Tarta’ de excursión a Nueva York, en el Falcón que pagamos todos nosotros.
El Ministerio de Igualdad fue un invento para dar un cargo de postín a la mujer del coleta Pablo Iglesias, como el de Consumo se montó para que disfrutará de la vida, a cuenta del sufrido contribuyente, el comunista Alberto Garzón.
Y así como el vago de Garzón no ha hecho nada, más allá de gastar dinero publico en propaganda contra la muñecas o los solomillos de ternera, tu y descerebradas como Pam Rodríguez os habéis dedicado con ahínco a practicar la ingeniería social hasta niveles de delirio, impulsando bodrios como la Ley Trans o atrocidades sueltavioladores como el ‘Si es Si’.
No es que esta peste progre, que nos cayó encima con Sánchez, coja el rábano por las hojas.
Es que confunde los términos y vive convencida de que lo que es beneficioso para ellos y ahí entran desde el chalet de Galapagar a los sueldos públicos pasando por los chiringuitos, es bueno para el Planeta Tierra.
Pues no, paisanos no y os lo vamos a demostrar este 23J con una patada memorable en el culo de Sánchez y en el de este PSOE infame, que pacta y chalanea con los enemigos de España.