Siendo el mayor de 9 hermanos comprenderán ustedes que sea un ‘hooligan’ de la familia numerosa.
Creo firmemente que la mejor forma de hacer frente al aterrador invierno demográfico que se abate sobre la envejecida España y ayudar, de verdad, a achicar la brecha laboral que todavía existe entre mujeres y hombres, es premiar, incentivar y financiar a las madres.
Sin titubeos; ampliando a un año la baja por maternidad, rebajando impuestos a las empresas cuando sus empleadas tengan hijos y subvencionando guardería, colegio, calefacción y lo que precisen los chavales.
Hecha esta declaración de principios, quiero subrayar que me parece fatal que alguien como Ossorio, estuviera percibiendo los 195 euros anuales del bono térmico, aunque tuviera derecho a ello.

Y me parece mal, porque no lo necesita a pesar de tener una familia numerosa y ese dinero, por escaso que parezca, debe ir destinado a gente en situación realmente precaria.
Lo acongojante es que lo del vicepresidente de Ayuso es una minucia, al lado de lo que pillan, con mucho menos motivo, la inmensa mayoría de los zoquetes, comegambas, secuaces y sectarios de la Coalición Frankenstein.
Y no me refiero ahora a la mema Mónica García, la que exigía a voces la cabeza del ‘indecente’ Ossorio hasta que descubrimos que ella también solicitó el bono y se lo embolsa tan pancha.
Ayer les contaba que la vicepresidenta Calviño cobra un alquiler por su chalet de Mirasierra y reside a cuenta nuestra en un piso de lujo oficial.
Son multitud los ministros de Sánchez que viven en pisos que el Gobierno PSOE-Podemos, con nuestros impuestos, pone a su disposición de forma gratuita, incluyendo no solo la vivienda sino los suministros de gas, electricidad y agua.
Entre otros, porque financiamos a esta panda desde los viajes hasta el internet, incluyendo las series, películas y partidos de Movistar +.
Marlaska, incluso, se compró una cinta deportiva de 2.800 euros, para trotar gratis en la vivienda del Estado.
La comunista Yolanda Díaz disfruta, por la cara, de un piso de más de 400 metros cuadrados.
Y el colmo es lo de Pablo Echenique, el que no pagaba la Seguridad Social de su cuidador. Tiene el portavoz de Podemos en el Congreso un sueldo de 130.000 euros, que suplementa con otros 3.569 en concepto de ayuda a la dependencia.
No tiene estos caraduras ni límite, ni vergüenza.