Pedro Sánchez y el gobierno de España han dejado al Estado sin dientes e indefenso ante futuras y probables tentativas golpistas. La frase no es mía sino del exministro de Asuntos Exteriores bajo la presidencia de Mariano Rajoy, José Manuel García Margallo. Con él hemos mantenido una larga entrevista en 'La Retaguardia' y es un certero resumen de la situación actual. El comentario llega tras el varapalo que ha supuesto para el ejecutivo el demoledor auto del Tribunal Supremo, bajo el marchamo del juez Marchena.

En él se evidencian las carencias legislativas de la reforma del Código Penal que ha suprimido el delito de sedición -cambiándolo por el de 'desórdenes públicos agravados'- y el alivio de penas por el de malversación. Marchena demuestra que un golpe de Estado no es equiparable a un tumulto a la salida del Camp Nou o del Santiago Bernabéu, y que no existe una malversación buena y otra mala.

Aún tras este demoledor escrito, la número dos del PSOE y ministra de Hacienda, 'Chiqui' Montero, 'Cuchi-cuchi Montero', se permite decir... ¡que el Tribunal Supremo ha dado la razón al gobierno de Sánchez! ¿Cómo? ¿En qué? ¿En serio toman por gilipollas a sus votantes? Menos mal que la mayoría del paisanaje ya se da cuenta de que no cuela vender permanentemente la moto 'de que vienen los fascistas' y desenterrar a Franco. Basta con tocar la calle, cosa que el presidente ya no hace, para percibir que esta mercancía averiada ya no vende.