Se ha muerto Nicolás Redondo con 95 años y una de las imágenes que se llevará a la tumba es la del PSOE, que estuvo a punto de dirigir y reinventó con Felipe González, Guerra, el dinero de la socialdemocracia alemana y la asistencia de la CIA, tras los 40 años de vacaciones socialistas de la etapa Franco, es la de los actuales dirigentes del partido, intentando expulsar a su hijo de la organización.
Tiene coña, pero ni la mitad que el bochornoso espectáculo que dio en la capilla ardiente Pedro Sánchez, cuando se puso a alabar la ‘integridad y coherencia’ del viejo líder de la UGT.
Escuchar la palabra ‘coherencia’ en la boca del socio de los proetarras de Bildu y de los golpistas de ERC, el que no podría dormir con Podemos en el Gobierno, no se si da rabia o indignación, pero es para partirse la caja.
Otro detalle chusco fue el revoloteo de Pepe Alvarez, ‘Pep’ cuando anda por Barcelona, en torno al ataúd.
Ignoro si el actual secretario general de UGT no tiene espejo en casa o anda confundido con las fechas, pero debe haber olvidado que Carnaval cae en febrero y anda siempre disfrazado.
Si la indumentaria del tal Álvarez fuera el único embolado, sería anecdótico, pero es que el tipo no tiene un pase.
Ni él, ni el resto de estos sindicalistas marisqueros, señoritas de compañía del felón Sánchez, que financiamos con cargo a los presupuestos.
UGT ha protagonizado algunos de los mayores escándalos de corrupción en España.
Cuando no han sido los pisos de la PSV ha sido los EREs y cuando no mangaban en el Fogasa trincaban con las dietas, pero en tiempos del viejo Redondo había lealtad a las ideas, patriotismo, defensa de los trabajadores y pelea por la igualdad.
Ahora, tanto UGT como CCOO son meros negocios, amparados en unas siglas y en un par de logos.
¿Saben ustedes cuando y contra qué se han echado a la calle Pepe Álvarez y Unai Sordo al frente de sus orondos liberados?
No ha sido contra unas medidas económicas que disparan la inflación, ni contra la pobreza energética, la subida de precios, la erosión de los salarios o el aberrante paro.
Así, a botepronto, que yo recuerde, en los últimos meses han salido en manifestación tres veces: una en el País Vasco al lado de Bildu y en favor de los terroristas de ETA presos, otra en Cataluña al lado de los golpistas de ERC contra la sentencia que exige un 25% de enseñanza en español y la tercera en Madrid, para oponerse a la decisión de bajar impuestos de la popular Isabel Díaz Ayuso.
Que descanse en paz, Nicolás Redondo Urbieta.