Apenas acabado el partido entre Marruecos y Bélgica disputado este domingo en el Mundial de Qatar, comenzaron los disturbios en el centro de Bruselas, así como en las ciudades holandesas de Ámsterdam y Róterdam. Ni siquiera había pasado una hora de la victoria del conjunto magrebí por 2-0 cuando grupos de jóvenes con banderas marroquíes volcaron al menos un coche, quemaron mobiliario urbano y patinetes de alquiler. La policía, por su parte, cargó y desplegó tanquetas con cañones de agua y cargas policiales. Pasadas dos horas, las autoridades belgas anunciaban la detención de una decena de individuos, según la prensa local.