España baja por primera vez en muchos años de la maldita cifra de los tres millones de parados. ¡Cómo se ufanan Yo-Yolanda, Yolanda Díaz y el señor Escrivá. Esta es la buena noticia. La mala, la cruz de la moneda, se la daba hace unas horas el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo al señalar que las trampas de este gobierno están en cambiar de nombre a las cosas porque los parados temporales ya son
'fijos discontinuos' y ya no computan en las listas del INEM. ¿Se está creando empleo? Puede. ¿Qué tipo de empleo se está creando? ¿Indefinidos? La mayoría, porque la ley obliga, pero las facilidades para el despido persisten.

¿No le dará vergüenza sacar pecho a Yolanda Díaz con toda la basura que tiene Podemos en casa? Ya sé que Díaz no es Podemos sino su propia marca, una de nueva creación con la que aspira a suceder a Sánchez, porque la tradicional, en solo seis o siete años está completamente abrasada. Viene esto a cuento porque la Fiscalía acaba de intervenir en socorro de los socios gubernamentales parando los pies, una vez más, al juez Manuel García-Castellón que sigue queriendo arrojar luz definitiva sobre la financiación, presuntamente irregular, de los morados y más en concreto sobre los patrimonios de Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa. Dice el Ministerio Público que las del juez 'son investigaciones prospectivas'. No, no les da vergüenza. Nunca se han visto en otra. Nunca se habían visto con tanto poder ni con tantas regalías. A punto de arrancar una campaña electoral en Andalucía en la que el PP y Vox van a barrer, sumando la mayoría suficiente para que la izquierda no vuelva a gobernar en Andalucía 'ni con las armas' lo que supondrá el principio del fin definitivo del socialcomunismo en España.