Los medios de comunicación, en tanto son los principales centros de producción de ideología de nuestra época, son los principales encargados de construir y difundir la cultura de la meritocracia, la idea de que el esfuerzo y el mérito individual es lo que explica la posición que cada uno ocupa en la sociedad, si le va bien o si le va mal; que es una idea que funciona, en definitiva, como la justificación ideológica de la desigualdad social. Hay innumerables ejemplos, todos los días, de la construcción de este mito de la meritocracia en el discurso mediático.