El monje shaolín de Dengfen (Henan, China) demuestra ante las cámaras su habilidad en el kung-fu arrojando con fuerza una aguja para atravesar un panel de vidrio y hacer estallar un globo colocado detrás del cristal.
Los monjes Shaolin son mundialmente conocidos por sus exhibiciones de fuerza, flexibilidad, resistencia y una gran capacidad para aguantar el dolor.
La doctrina Shaolin considera que la contemplación y la práctica de artes marciales son un remedio para la debilidad física y la indolencia.